En el discurso del presidente chino, Xi Jinping, en la ceremonia inaugural del Foro de la Franja y la Ruta para la Cooperación Internacional, esbozó ocho nuevos objetivos estratégicos para la BRI, muchos de ellos estrechamente vinculados con los objetivos de Beijing de lograr un crecimiento de "alta calidad" en los próximos años. .

  • Corredor logístico por Europa y Asia.

La conectividad ya existe; sin embargo, persisten obstáculos y surge la cuestión de Rusia. Es posible que la cooperación pueda dar lugar a la conexión de partes del programa "Global Gateway" de la UE con rutas BRI en el extremo europeo. La clave aquí es la cooperación, no la competencia.

  • Zona de comercio electrónico de la Ruta de la Seda.

La digitalización es necesaria para acelerar el tránsito y las cuestiones transfronterizas; y mejorar la eficiencia aduanera en todas las rutas. Además, algunos Tratados Bilaterales de Inversión, Tratados de Doble Imposición y Tratados de Libre Comercio están obsoletos en términos de nuevas tecnologías y estos serán mejorados. También es posible firmar nuevos contratos adicionales.

  • Obligación financiera adicional.

Durante la última década, China ya ha contribuido con más de 1,1 billones de dólares a la iniciativa BRI, aproximadamente un 5% adicional de esta cantidad en el creciente alcance de las inversiones de la BRI.

  • Desarrollo ecológico.

El nuevo Banco de Desarrollo BRICS (NDB) se centra en inversiones verdes que, combinadas con nuevas tecnologías energéticas y la necesidad de China de cumplir diversos objetivos ambientales, serán ahora un elemento clave de cómo y dónde China asignará sus inversiones continuas bajo la BRI.

  • Apoyar la investigación en inteligencia artificial.

Buenas noticias para la investigación científica, las universidades chinas y la cooperación con otros países afiliados a la BRI. Rusia será un elemento clave en esto.

  • Fortalecimiento del intercambio cultural y el turismo.

Desde hace tiempo está previsto el desarrollo de una alianza turística transfronteriza, especialmente con Asia Central y Oriente Medio. A pesar de la retórica occidental, Beijing fomenta el turismo musulmán y considera que la creación de riqueza entre su propia población musulmana -unos 30 millones- es clave para frenar la radicalización. Esto puede resultar en que China se convierta en miembro observador de la Organización de Cooperación Islámica.

  • Mejorar la transparencia y la cooperación.

 China sufre una prensa negativa, a veces injusta, pero también como resultado de inversiones cuestionables en la BRI por parte de algunas industrias chinas. Las exportaciones de plantas de cemento son un ejemplo, aunque Beijing ha endurecido la cuestión a medida que el problema se ha ido aclarando. Es probable que parte de estas tareas sea un enfoque renovado en las tecnologías verdes y un mejor monitoreo de las ODI de China para garantizar que se cumplan los estándares de cumplimiento.

  • Establecimiento de la institución Belt and Shak.

No existe una única oficina de la BRI desde la cual informarse sobre los proyectos. Con 152 países participando actualmente en la Iniciativa BRI, el establecimiento de esta institución será complejo, pero proporcionaría un bienvenido intercambio de información e inteligencia de inversión y facilitaría que los inversores extranjeros comprendan mejor los proyectos BRI y la conectividad BRI en los que es posible que deseen participar.